Estoy en éste momento en un Crucero, camino a Alaska, para celebrar junto a tres compañeras de colegio nuestros 60 años.</P> <P>Después de haber estudiado desde la primaria con las monjas salesianas, nos graduamos y emprendimos por nuestra cuenta y riesgo la aventura de la adultez.</P> <P>Los tiempos han cambiado en pocos años. Antes, con la universidad empezaban las responsabilidades y de inmediato se antojaba una vida de familia, hijos y trabajo. No siempre las mujeres elegíamos una profesión como algo importante. Lo primero: los hijos que empezaban a llegar sin darnos cuenta. Si daba tiempo, y si se podía, sin por eso abandonar nuestro rol principal, entonces podíamos optar por un trabajo de medio tiempo, por alguna tarea social, o por una actividad que resultaba con un tinte más de hobbie que de responsabilidad.