Cada vez hay más realities de comida. Chefs profesionales queriendo ser los mejores; aficionados queriendo experimentar; niños aficionados sometidos a críticas crueles de expertos chefs; chefs malencarados diciéndole a una familia cómo mejorar su restaurante. Por alguna razón nos fascina verlos: carnes jugosas, pasteles de chocolate, lasañas brillantes #pornfood. Pero podemos coincidir en que por más que se nos antoje la comida y por más que sepamos la teoría de cómo debe ser un buen platillo, no es lo mismo que realmente probarlos. Uso esto como un ejemplo muy posmoderno de la teoría vs práctica. Y se los cuento porque eso me pasó hace unas semanas… con la consultoría