El monstruo del fracaso le teme a la valentía
Ideas que agrandan el mundo.
¡Tengo una idea!…qué peligro.
Llevar una idea a cabo puede ser peligroso, pero más peligroso todavía puede ser no intentarlo. Refréscate y recibe una dosis de inspiración con el siguiente artículo sobre la valentía.
El monstruo del fracaso le teme a la valentía
Emprender una idea te hace vulnerable al monstruo del fracaso y pocas cosas en esta vida dan más miedo que eso. El monstruo del fracaso no es un personaje paranormal o un cuento para asustar niños; es de verdad y tiene un rostro espantoso. Lo peor es que siempre está al acecho y tan solo pensar en él puede llegar a producir inmovilidad absoluta. Lo bueno es que es un adversario predecible y por tanto se le puede vencer, o mejor dicho, mantener a raya. Lo cierto es que hace falta mucha valentía para lograrlo.
A continuación distinguimos cuatro diferentes tipos de valentía que cualquier persona que se quiera llevar una idea a cabo debe conocer.
Valentía instintiva: Despierta una fuerza interior que te hace reaccionar ante un peligro inminente, como correr por fuego para salvar una vida a pesar de poner en riesgo la tuya. Te permite improvisar en el acto y, si sobrevives, te permitirá aprender muchas cosas que ojalá no tengas que poner en práctica en el futuro.
Valentía ingenua: Sentirla te hace ignorar el monstruo del fracaso, sin estudiarlo ni medirlo aún sabiendo que estás por enfrentarlo y que, si te alcanza, podría aniquilarte. En caso de lograr algún objetivo, será más difícil reconocer el tamaño del éxito por desconocer lo que arriesgaste para conseguirlo, en consecuencia no quedarás mejor preparado para un futuro reto similar. Sin embargo, a veces esta valentía es necesaria para salvarte de la inmovilidad, hacerte vivir experiencias impensables o lograr cosas increíbles.
Valentía estratégica: Es una valentía que se cultiva y se fortalece para enfrentar un peligro que no es inminente sino al que decidimos exponernos. Hace superar las dudas sobre nuestras capacidades y, al contrario de la ingenua, permite tomar acción después de prever las posibilidades de fracasar y prepararte para superarlas con éxito. A pesar de minimizar el error, todo puede fallar y salir de la peor manera.
Valentía sabia: Solo posible de sentir después de haber sido víctima del monstruo del fracaso una y otra vez. Primero, aún desde el piso, te hace preguntarte si realmente quieres lograr lo que intentas. Luego, si continuas, te permitirá aprender de las heridas recibidas, mirar al monstruo a los ojos y, aún con mucho miedo, volver a enfrentarlo. La sabiduría de esta valentía te permite ver el fracaso como una experiencia enriquecedora y la oportunidad de innovar para conseguir lo que buscamos e incluso más.
La valentía no es la ausencia de miedo. Ser valiente es aceptar el miedo, conocerlo y utilizarlo como motivación para el movimiento hacia adelante. Tampoco se trata de un escudo impenetrable sino de la capacidad de aprender de cada revés para nuevamente ponerse en movimiento. Sin valentía ni movimiento el fracaso está garantizado, pero si en cambio te atreves a caminar, paso a paso en búsqueda de lo que imaginas, abres todas las posibilidades para el éxito.