Las ideas que no se muestran, mueren
Las ideas no son buenas, malas, geniales o ingenuas. Hasta que se muestran se empiezan a transformar en algo más. Cuando una idea se muestra adquiere la cualidad de ser visualizada y atrae como la gravedad una corriente de nuevas ideas que se entrecruzan, mezclan y conectan entre ellas de manera tan inesperada como asombrosa, teniendo como resultado invariable el crecimiento exponencial y fortalecimiento del primer pensamiento. Al contrario, una idea tímida y reservada permanecerá solitaria vagando en la imaginación hasta desaparecer. Podemos decir entonces que más importante que tener grandes ideas es tener una actitud de persona agrandadora, donde saber mostrar las ideas es fundamental.
El objetivo de mostrar una idea es poder verla con todas sus aristas y posibilidades, no existen reglas para ello pero si tú no la ves nadie más podrá hacerlo. Puedes comenzar por exteriorizarlas en voz alta, a ti mismo y frente al espejo si quieres, para reconocer sus fortalezas y debilidades, pero sin olvidar que el punto máximo de mostrar una idea es sin decir una sola palabra. Haz todo lo que tengas que hacer para mostrar y no contar.
La siguiente pregunta puede ser de mucha ayuda como guía en el proceso de mostrar: ¿Estoy evangelizando y buscando la fe ciega de la gente o estoy evidenciando todas las aristas y posibilidades y de una idea?